Diccionario de la democracia intercultural en Bolivia.

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Diccionario

Un diccionario es el espejo de su tiempo, ese detalle crucial no resalta de entrada a los lectores contemporáneos. Se necesita el desfase temporal, el cambio de sensibilidades, el surgimiento de nuevos enfoques para comprender en qué medida la selección de los conceptos y su definición se explican por los debates, las prioridades, los conocimientos, las expectativas, incluso los prejuicios de cada época.

Este rasgo, válido aun para los diccionarios del idioma, que aspiran a ofrecer un terreno neutro para la expresión y la comunicación de todos, destaca todavía más en una obra como el Diccionario de la democracia intercultural en Bolivia. En sí mismo, manifiesta y reivindica una manera de aproximarse y abordar los contornos de modalidades de democracia que se afirman simultáneamente como ancladas en la tradición, en el manto antiguo de la costumbre, al mismo tiempo que novedosas y portadoras de ruptura. Por esa razón, las 34 entradas llevan la firma de sus autores, que dejan claro que se trata de su mirada; otros autores podrían ofrecer, para los mismos conceptos, énfasis distintos, incluso perspectivas contradictorias con las que prevalecen en esta obra.

El Diccionario de la democracia intercultural en Bolivia es, entonces, el producto de su tiempo. Sus orígenes lejanos se hallan en las movilizaciones que dieron nacimiento al katarismo, que colocó en la agenda pública la exigencia de considerar la democracia y la sociedad con una mirada más amplia, que rescatara el multiculturalismo del país y rompiera con la pretensión homogeneizadora de la Revolución de 1952.

Tiene antecedentes más cercanos, en el siglo XXI: el descontento con el funcionamiento del régimen democrático al despuntar el siglo, el triunfo del Movimiento Al Socialismo (MAS) en 2005, la dinámica de la Asamblea Constituyente de 2006 y la misma Constitución de 2009, que plasmó el impulso plurinacional, la exaltación de las naciones indígenas, el enfoque comunitario en numerosas disposiciones, artículos, incluso en el nombre de las entidades y poderes.

Las instituciones asumieron ese mandato constitucional con mayor o menor intensidad, habilidad y éxito, lidiando con conceptos y prácticas nuevos, ajenos a los modos habituales de funcionamiento del Estado y que, más bien, hacían parte de rutinas de ciertos segmentos de la sociedad. En el ámbito electoral, se dio curso a la participación de pueblos indígenas en procesos electorales – en simultáneo a la de las agrupaciones ciudadanas, en la municipal de 2004 –, los estatutos departamentales reservaron escaños para pueblos indígenas en las
asambleas departamentales, se crearon circunscripciones especiales para pueblos indígenas minoritarios en la Asamblea Legislativa, se facilitó la conversión de municipios en autonomías indígenas, se autorizó la participación directa de los pueblos indígenas en las circunscripciones especiales.

El Diccionario de la democracia intercultural en Bolivia busca aprehender ese movimiento, reflexionar sobre él, mencionar sus logros y avances, señalar algunos de sus límites,
vislumbrar algunas de sus probables evoluciones. Lo hace desde una perspectiva de compromiso, al menos de simpatía con el objeto de estudio. La mayoría de los autores se inscribe en esa sensibilidad, lo que no resta valor alguno al trabajo de cada uno, ceñido a las metodologías propias de la investigación y a códigos comunes en la redacción de las entradas. En ese sentido, la interpretación personal no significa antojadiza y frágil opinión, desprovista de sustento, recoge la experiencia del investigador y su capacidad de análisis.

Si un diccionario es producto de su tiempo, también lo es de su espacio. Circunscribe sus límites a Bolivia, un territorio de por sí amplio para dar cabida a expresiones, manifestaciones y modalidades de prácticas políticas muy heterogéneas de los pueblos indígenas. Es el reconocimiento de que, detrás de un rótulo común, subyacen estilos que no se reducen a una interpretación única o lineal. El punto  de partida asumido busca explicar los componentes más específicos –hasta únicos e intransferibles en la óptica de algunos de los autores– de las prácticas de participación y decisión en las comunidades indígenas en Bolivia, a lo sumo extendidas hacia otras regiones andinas y amazónicas. Por lo tanto, el ánimo del Diccionario
de la democracia intercultural en Bolivia es resaltar aquel conjunto de prácticas, ritos, tradiciones que hacen singulares a las comunidades.

Esta edición refleja igualmente la continuidad institucional. Sus preparativos comenzaron en la gestión de los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) elegidos en 2015, con una participación especial de José Luis Exeni, quien figura como coordinador académico de la obra. Desde el inicio, el proyecto contó con el respaldo de IDEA Internacional.

La publicación no se concretó en el momento previsto por las dificultades que atravesó la institución, en una coyuntura que se volvió cada vez más crispada y polarizada a medida que se acercaban los comicios de 2019. Hoy, el proyecto se retoma respetando su espíritu original y con modificaciones menores, manteniendo el propósito de ser un documento de consulta útil y práctico para un público compuesto principalmente de investigadores, periodistas, estudiantes, políticos, servidores públicos, legisladores, actores sociales y políticos.

Cierro la presentación con una breve nota personal. Mi vinculación con el Diccionario de la democracia intercultural en Bolivia comenzó mucho antes de que me correspondiera redactar esta presentación como Presidente del TSE. A mediados de 2018, el Tribunal e IDEA Internacional me invitaron a contribuir con la voz “Pluralismo y pluralidad”, cuyo contenido termina situándose en el cruce de caminos entre los aspectos representativos y las consideraciones interculturales de la democracia.

De esta manera, he continuado vinculado con estas obras tan singulares como son los diccionarios temáticos. De manera individual, me embarqué en la elaboración de un Diccionario biográfico de parlamentarios (1979-2019), que buscó ofrecer un estudio político y sociológico de la representación, un asunto crucial de la democracia a través de sus aproximadamente 1.200 fichas biográficas.

Asimismo, tuve la oportunidad de integrar el comité editorial de la tercera edición del Diccionario electoral, esfuerzo conjunto del Centro de Asesoría y Promoción Electoral del Instituto Interamericano de Derechos Humanos (CAPEL-IIDH) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), publicado en 2017. Fue sugerente descubrir que el Diccionario de la democracia intercultural en Bolivia surgió, en parte, como una voluntad de completar los temas que aquel Diccionario no contemplaba, al punto que apenas abordó voces que remiten a las formas centrales de la democracia representativa. Por ello, no sorprende la ausencia de voces como “voto” o “elección”, tan indisociables del régimen democrático.

En ese sentido, si bien incluso los elementos asentados y con características “universales” de la democracia representativa responden a trayectorias históricas singulares y se conjugan con acentos distintos en los diferentes territorios, es innegable que el Diccionario de la democracia intercultural en Bolivia busca su nicho en los aspectos más singulares de las prácticas políticas de las comunidades indígenas en Bolivia.

Participar como autor del Diccionario de la democracia intercultural en Bolivia fue experiencia grata: significa aportar una pieza a una construcción colectiva, dialogar con los otros autores, coincidir a veces, discrepar en otras ocasiones y, por lo tanto, alentar aún más la reflexión propia de los lectores sobre elementos básicos del funcionamiento de la democracia en Bolivia y animar al debate sobre cuáles debieran ser sus perfiles.

El Diccionario de la democracia intercultural en Bolivia empieza su andadura. Se coloca a disposición de un público amplio: un grupo forzosamente pequeño lo apreciará en el formato impreso; uno más vasto y extenso lo consultará a través de los portales informáticos. Obra de síntesis, reflexión, compromiso, debate y polémica; obra
pionera y que llena un vacío: en esos terrenos se sitúa este Diccionario, que ahora pertenece a los lectores.